Parménides y el quiebre cognitivo de la res pensante

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Teniendo de base la realidad como lenguaje descifrable podría decir que el juego lingüístico adaptado es el siguiente:

  • La cosa que es y es ser: lo que está actualizado y catalogado por la res pensante.
  • La cosa que es y es no-ser: está latente y no actualizada por la res pensante. Aún no se ha catalogado.
  • La cosa que no es y es ser: un imposible de actualizar y comprobar. En ocasiones se ha catalogado.
  • La cosa que no es y es no-ser: un imposible de captar y actualizar.

Las cosas son o no son. Para la res pensante -la mente pura– todas las posibilidades son un devenir dudable de posible «creación» -construcción, aparición-. Para la materia pura solamente es tangible la cosa que es y es ser. Ambas «vertientes» son altamente manipulables por la otra y por sí misma. La captación de la realidad es un balance entre estas, sin que un pez se coma al otro. A decir verdad, no solo la captación, sino también la omisión, sus codificaciones y decodificaciones.

Al aumentar la capacidad de entendimiento humano se logra un equilibrio superior, una manipulación -comprensión- evolucionada de la realidad, de forma iterativa, necesitando de estabilidad, como quien camina por un río desconocido, para su masividad; un pasamanos evolutivo. Los primeros en «ver tierra», inevitablemente, suelen caer en el quiebre.

De producirse ese quiebre en la res pensante -por no lograr ese estado cognitivo estable debido a un desfasaje, el acercamiento del primer pez al segundo – se puede llegar a diferentes grados de desequilibrio en la decodificación del entorno y de sí mismo, una dislocación el equilibrio dual reconocido, una desafiliación mental, ya sea individual o social.

  • Desafiliación Mental Total: Se pierde la noción, tal vez total, de tiempo y espacio, pero no la máquina. La res pensante
    no piensa sin la máquina, es solo energía, es ánima.
  • Desafiliación Mental Parcial -o Intermedia-: No reconoce su máquina, pero continúa captando tiempo-espacio dudosamente, sin fijación total certera de los hechos. La res pensante piensa, pero reconociéndose como ajeno a la realidad que lo circunda.
  • Desafiliación Corporal: La res pensante se encuentra tan ligada con el espacio que permanece «pensante» sin necesidad de cuerpo, emula los sentidos, sigue reconociendo su entorno sin tener forma propia, se convierte solo en un observador.

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