El sabio primitivo, el sabio y el sabio último

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El Sabio Primitivo es aquel que reconoce que se encuentra en un estado de potencialidad dinámica y ve un camino.

El Sabio es aquel que reconoce que se encuentra en un estado de potencialidad dinámica, ve un camino y lo comunica con prudencia y equilibrio.

El Sabio Último es aquel que reconoce que se encuentra en un estado de potencialidad dinámica, ve un camino y lo transita, se comunica con prudencia y equilibrio siendo su acción justa medida de ese equilibrio. Su sabiduría se muestra cotidiana en el actuar, alejada de la maleza de la potencialidad conceptual; ¿podría ser Sabiduría un conocimiento enmarcado en un lenguaje construido y estructurado en potencialidades?

El Sabio Primitivo tiene necesidad de avanzar, su sed es mayor que su capacidad de beber. De no comprender su estado primitivo puede generar quiebres en su ser.

El Sabio tiene necesidad de prudencia para comprender qué absorber ya que su capacidad de beber es mayor que su sed. Si su prudencia no es aprehendida, en tiempos de paz, puede maleducar a la Unión y desandar lo evolución del Todo.

El Sabio Último es falto de parámetros, no los contempla, advierte la inoperancia de las convenciones. Tiene necesidad de acción pura. Su justa medida no es medida para él al igual que su prudencia no es una necesidad intrínseca. Su acción es fin último. Vive en Unión con el Todo, con lo Uno, con el equilibrio individual natural global, con el saber
universal: aquel que nunca cambia y rige los equilibrios; el presente, Dios.

Entonces, el concepto Dios es el presente; el equilibrio, extremadamente minucioso, para que el presente sea; es soporte de lo real y, por concesión, los efectos que generan dicho devenir; es la estructura, lo inmóvil, que rige lo móvil; es las ecuaciones vacías que se llenarán de valores precisos para que el todo continúe presente.Tal vez, todo dios reconocido en actas sea abstracción de cada aquello por lo que, creemos, el mundo se muestra y es como es.

El mundo no tiene colores, siendo éstos una potencialidad que puede constar o no desde lo captado, sin ser necesario para la comprensión ni su propia existencia. Lo mismo sucede con la sabiduría y el conocimiento: no necesita de lo pautado para existir, pero sí para su transmisión primitiva. El equilibrio -dios- también subsiste en sí mismo y no necesita ser captado ni transmitido. Es constante, como el nivel de un líquido dentro de un recipiente, inmóvil; comprenderlo nos llevaría a profetizar el presente actualizado. Tarea imposible para nuestro lenguaje y el limitante del
quiebre cognitivo.

La evolución última es estática; aún nos encontramos sumergidos en un cambio constante de patrones diferenciales de transmisión potencial. Manipular.


© 2006

Nota: la duda renace en la viabilidad de una jerarquización de la sabiduría o su errónea agrupación. Siento ineludible generar un lazo, al menos estructural y conceptual, entre Sabiduría y Verdad; y la propia duda de la existencia de la Verdad y su aprehensiónagnosticismo puro – y, con ello, la de la Sabiduría. Cuando se habla de duda se habla de preguntas; cuando se habla de legado, se habla de consistencia de esas preguntas. Todo lo que no es reaccionario -duda, pregunta- se heredará, con seguridad y sin filtros, de la masa social y su estructura.