La caída de occidente

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Se murmura en los pasillos, hay corridas, estrépitos en cada esquina que anuncian la profecía del Federico y otras nuevas: «¡Dios ha muerto! ¡La Filosofía ha muerto! ¡El Psicoanálisis ha muerto! ¡Las Patrias han muerto!».

Enarbolan banderas grecas con cruces y luces de mil colores, ondean las palabras en un incesante vaivén inaudito: «¡La Res Pensante se ha domado! ¡Es su propio y único equilibrio! ¡Las instituciones caerán! ¡Las autoridades han caído! ¡El Ser es libre! ¡El sol gira en torno a ti y dentro de ti! ¡Celebra el Amor! ¡Dicta la Resonancia!».

Dicen ser profetas del Ser, dicen leer los tiempos y el saber y dicen que el tiempo ha llegado, ¡oh, Ilustre Federico!, ¡mira a tus locos guiar a otros locos para dar vida a tu Hombre! ¡Espejos de tu debilidad y tronantes de tu incapacidad son! ¡Griegos, Normandos, Shaolines y Gitanos son! ¡Oh, Poeta Adolfo! ¡Tu poesía es! Noble Filosofo llamado el Cristo ¡en las consonantes se han convertido! Maestro Guillermo, de tus dramas hemos vivido, dulce MacBeth. «¿Podrán los siete mares de Neptuno lavar la sangre de nuestras manos que nos ha traído a este punto?»

En sueños será y, exquisito Sebastian, tu Tocata sonará en trompetas azules. Noble animal, no temas al Ser, teme a no
comprender, vaticinando el hominicidio, el nuevo nacer.


© 2006

Nota: La misandria es el último resabio necesario de un pensamiento generacional mezquino y jerárquico que, siendo reflejo de la misoginia opresora, será el puntapié inicial del nuevo pensamiento. Debemos mantenernos en alerta y acción para luego estabilizar las aguas a manos de nuevas generaciones para ir por el todo mercantil-jerárquico social. La evolución del ser humano es esperanzadora; unidos podremos avanzar por la homogeneidad in vivo, ab ovo. Los tiempos se vaticinan prósperos.