BicicleTeAmo’

El otro día bicicle-te-amo’. Antes fuimos a merendar; yogurt, sándwiches, tostadas, papitas, café y choco. Mermelada. No era casera; lo noté por la textura. Antes de saborearla hubiera jurado que lo era. La superficie se expone, brilla y likea. La textura dice más: no es solo superficie, es tacto, mirada, voz.

Cuando bicicle-te-amo’ solemos texturizarnos.

– Heidegger dice que nos olvidamos del ser, que discutimos entes. ¿Vos que opinás?

– Mis compañeritos se pegan y dicen muchas malas palabras…

– ¿Tenés frío?

– ¡Hoy aprendí una nueva figura!

– Abrazate contra mí entonces no tenés tanto frío.

– ¿Qué vamos a comer?

– ¿Te acordás lo que es un algoritmo?

– Papá… nos cansás con los filósofos.

– Si, Diego, la verdad es que cansás.

– Nos vemos en un ratito.

– No es un ratito, es un ratote.

Inconexión. La verba per se, no texturiza. Mundos que mundean y no se tocan. La mirada texturiza; la voz, la sonrisa, el abrazo, la presencia, la paciencia, la pregunta, la respuesta. La ausencia. La pregunta. (Insisto.) Cada espacio-tiempo sincero que brindamos o dejamos de brindar, texturiza. Sin predicciones ni predilecciones. Lo mío y lo tuyo, lo nuestro, lo de ella y lo de él. Lo nuestro.

Conexiones fuera-del-mundo; ser-en-el-mundo. “La magdalena mundea” – evoca la docente una y otra vez; insiste1. Tracción a sangre; mundeo. El ruido del roce de la cadena mundea. El guardabarros suelto. El viento en mi sien y el pan en tus encías mundean. La contracción muscular, mundea. Dicen que es oxidación; texturiza.

(Pausa.)

Pienso y me sincero: las canso con los filósofos, debería dejar de hablar un poco sobre ellos.

– A eso, hoy, le dicen mindfulness. – No.

Contemplo: a decir verdad, todos los días bicicle-las-amo; el mundo nos llega en dos ruedas.

(Sonrisa; pedaleo.)

2022.

PD:  El concepto de este microrrelato me hizo acordar un poema que escribí en 2005:

El cielo es el recuerdo que perdurará
después de nuestra muerte.
Yo, crearé un cielo
de este momento;
una fotografía de tus gestos,
el ciclo interminable de tus cabellos.

(Fragmento de Auténtica Imagen.)

  1. Hace alusión a «Por el camino de Swann», narración incluida en «En busca del tiempo perdido» de Marcel Proust. En la misma el protagonista recuerda su infancia por el sabor de una magdalena recién hecha remojada en un té. Véase Magdalena de Proust.
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