Introducción al futuro

“La simplificación y posibilidad cierta de predicción de nuestro futuro se debe, en un comienzo, al límite impuesto por el lenguaje”.

Finalmente he encontrado el tiempo para escribir esta introducción a textos publicados en mi blog personal. Los ejes en los que me he basado son cinco: educación, operativa, distribución (o acceso a la tecnología), lenguaje y soberanía. Los dos primeros no tardarán en publicarse en este medio.

Debo advertir que he pecado en no centrarme en una sola ciencia o disciplina, con sus nomenclaturas y definiciones delineadas. Algunos se han sentido molestos por este tipo de narrativa, para ellos mis sinceras disculpas; espero lo lean y decidan por ustedes mismos si es efectiva la transmisión de conceptos.

“La conciencia y registro del presente se ha acrecentado a niveles que considero históricos.

Un punto último que creo necesario aclarar: por la aceleración tecnológica, algunos de estos conceptos pensados lejanos -al menos desde los conocimientos con los que contaba en ese momento-, se han visto reflejados en el diario. He aprendido una lección: el pensamiento, una vez procesado, debe expresarse y compartirse a diario, casi en tiempo real. La explosión de la comunicación e información ha quitado la espera, el estancamiento; la conciencia y registro del presente se ha acrecentado a niveles que considero históricos, siendo actualizado, distinguido o revocado en meses.

Partiendo desde la Filosofía y el arte plástico, hoy, tras 15 años trabajando en áreas como el diseño y desarrollo web, he encontrado en la Ciencia de datos la piedra fundamental donde se unen ambos mundos a través de la indagación, dejando a la vista que, lo profético e instintivo que muchos creen ver en el arte, no es más que datos y estadísticas «on the road»; teorías o tecnologías sociales e intelectuales que no han encontrado su explicación dura y pura, su traducción para una transmisión lógica, elemental y democrática; simplista, masiva.

Comprendo a la intuición, en ocasiones artística, como un procesamiento inconsciente de datos que hemos absorbido a lo largo de nuestras vivencias. Digo inconsciente porque, más allá de su aparente naturaleza fenomenológica -mágica o inspirativa para muchos-, concibo que dicho ejercicio utiliza conceptos y patrones no solo aprehendidos, sino también omitidos por la estructura y herramientas de nuestro lenguaje y memoria, que continúan presentes en la toma de decisiones. Por este motivo, al no estructurarlos, se muestran espontáneos, sinceros o irreconocibles.

Creo que debemos derrumbar el cierto romanticismo en las artes y la supuesta complejidad impasible de lo exacto; ha llegado el tiempo de unir aquella bifurcación, tal vez necesaria para su comprensión y estudio, de intuición y método, en técnica, ciencia, datos. La división, al menos presente en el imaginario colectivo, de Arte o Ciencia se me hace cada vez más absurda.

“La intuición utiliza conceptos y patrones no solo aprehendidos, sino también omitidos por la estructura y herramientas de nuestro lenguaje y memoria.”

Noto que el ser humano ha ampliado su límite: la evolución nos lleva a pensar, descifrar y proyectar futuro -y presente- apoyados en herramientas técnicas, cómo con cual lanza hemos cazado animales que, a mano limpia, hubieran sido inimaginables cazar. Siguiendo con los paralelismos, veo reflejados a los antiguos chamanes, herederos de conocimientos milenarios de sus tribus, en ocasiones solo a modo de funcionalidad, tal como un blackbox computacional con el cual nos relacionamos desconociendo los movimientos operacionales internos, en los científicos de datos: información, análisis y resolución.

Notemos que el tiempo, cercano a una concepción cíclica en antiguas culturas, se ha acelerado en dirección lineal. Considero que nos encontramos en un punto de la historia donde pasaremos de, hacer análisis de nuestro pasado para transformar el futuro, a, buscar variables y probabilidades, directamente, en él. Es, potencialmente posible, tomar resoluciones sin los períodos necesarios de estabilización, prueba y error, a través del reflejo de las vivencias en matrices matemáticas, salteando años, décadas o siglos. Podremos apuntalar predicciones en predicciones, omitiendo el testeo dentro de lo real (¿cambiará la concepción de lo real?). Por ello, creo, incluso, un cambio en la concepción del Mundo y el mismo Tiempo (¿el fin de los tiempos?).

“Buscaremos variables y probabilidades directamente en el futuro; haremos predicciones sobre predicciones, omitiendo el testeo dentro de lo real”.

Creo que la indexación masiva de datos biométricos, genéticos y de comportamiento nos ayudará a conseguir un mapeo bastante cercano a una imagen total del ser humano y su relación con la realidad. Este mapeo, podrá utilizarse como potencial bastión para mejorar aspectos como salud, organización, acceso, comunicación, transporte, planificación, ecología, entre otros. No tengo dudas que esto nos revelará la vinculación de todos y cada uno de nosotros como partes de una misma red. De no ser una revelación, será construcción (o deconstrucción, palabra tan mentada en estos tiempos). Creo que esta concepción puede conllevar el riesgo — tal vez inexorable — de asimilación, absorción y colonización por parte de quienes se adelanten en el camino; esto, quizás, ya ha comenzado — ¿a ciegas? -. Por este motivo otro de los puntos a desarrollar será la soberanía.

Diego Baigorri
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