Sucedió en las encantadoras cuevas subterráneas del Irineo, al oeste del sol naciente. La gran boca de entrada se cerró y quedaron atrapados; la comida y calma eran abundantes para un encierro.
Cinco de los cien eran hábiles nadadores y podían recuperar sus vientos en la playa; luz y magnitud. Los demás no. Decidieron salir a buscar ayuda: el mundo se encontraba vacante. Eran los últimos en las aguas; soluble, vehemente.
Regresaron; en reunión comprendieron que para vaciar la cueva se necesitaría, sin certeza de sobrevida, el curso preciso de tres nadadores. Cinco hablaron; callaron y exclamaron, vituperaron e imprecaron. Dos no volverían a ver luz alguna. Tres escaparon.
2019.